miércoles, 30 de septiembre de 2009

Cita

Es verdad que el cine ha rebajado obras literarias y las ha convertido en algo más pequeño, pero también ha adaptado literatura menor y la ha convertido en gran arte.

FERNANDO TRUEBA

martes, 29 de septiembre de 2009

Cita

Imagen de la vida es la novela.

BENITO PÉREZ GALDÓS.

Espuma de mar 1/13

El cielo se había licuado y se precipitaba, pertinaz, sobre la isla. La primavera se estaba eternizando aquel año, sin querer dejar paso al estío, el anhelado verano, que se veía postergado por la extravagancia de una naturaleza caprichosa y no siempre puntual a sus citas. Privados de la línea del horizonte, que quedaba tras la densa cortina de agua, cielo y mar eran uno. Cielo gris, plomizo; mar gris, opaco. ¿Dónde estaba el sol? ¿Brillaría en algún lugar? ¿Seguiría existiendo? El encanto de la primavera estriba en su condición de preludio estival; cuando actúa como prolongación del invierno puede resultar odiosa.

La lluvia era absorbida por la arena, cuando ya millones de gotas habían dejado su impronta en ella, dándole aspecto de no haber sido hollada jamás. ¿Has paseado alguna vez por la playa en pleno aguacero? Es el sonido del fin del mundo, agua sobre agua, y detrás nada, silencio absoluto. Y por más que te esfuerces, aunque te esté mojando los pies, no puedes escuchar el mar, tienes que recurrir a la caracola.

“¡Que llueva, que llueva, la Virgen de la Cueva...! ¡Que sí! ¡Que no! ¡Que caiga un chaparrón...! No por favor, Virgen de la Cueva, te lo suplico, haz que deje de llover, que los pajaritos canten, que las nubes se levanten...”, pensaba Álvaro apostado en la ventana de su cuarto. Apenas podía ver el mar a su través, de un lado empañada por su propio vaho, del otro surcados los cristales por regueros de agua.

© del texto JAVIER VALLS BORJA
primavera 2000

lunes, 28 de septiembre de 2009

Cita

Desconfío de la literatura: de un buen libro no sale necesariamente una buena película.

ALFRED HITCHCOCK

jueves, 24 de septiembre de 2009

Cita

Cuanta más sutileza y elegancia se tiene para ocultar los elementos de la trama, mejor escritor se es.

BILLY WILDER

martes, 22 de septiembre de 2009

Sin pena ni Gloria 13/13

Llegó por fin el día previsto por Gloria para el regreso. Fue a buscarla y juntos tomaron el camino del aeropuerto. Ella, al ver que él no sacaba su tarjeta de embarque, le preguntó:

— ¿Qué haces, Mateo? ¿Y tu equipaje? ¿Acaso no sabes qué día es hoy? No puedes haberlo olvidado, puesto que estás aquí.
— ¿Cómo podría olvidarlo, si es uno de los más importantes de mi vida?
— ¿Y eso?
—Me quedo.
— ¿Cómo que te quedas?— estaba escandalizada— ¿Todo el resto de! verano? Eso no puedo ser, están las reuniones del claustro, tienes que programar el curso, preparar las clases...

Mateo negó con la cabeza.

—Se acabaron las reuniones y las clases, Gloria, lo dejo todo. Me quedo para siempre.
—Por Dios, Mateo, ¿qué estás diciendo? Piénsalo bien; eres profesor titular y estás a un paso de conseguir la cátedra ¿vas a echarlo todo por la borda?
—Sí.
— ¿Y que va a ocurrir con nosotros, con nuestro hogar?
—Gloria, no te pongas melodramática; la cursilería no te va. Sabes tan bien como yo que en esa casa jamás ha habido un hogar.
— ¿Y yo?—preguntó haciendo un mohín tembloroso.
—¿Tu? Es curioso; iba a decir que no te conozco, pero, si, sé perfectamente quien eres. Eres la asesina de la Gloria que yo amaba, y la has enterrado tan profundamente que sería imposible de recuperar. Mataste a mis hijos antes de ser concebidos. Minaste de tal forma el concepto sobre mi propio arte, que casi dejo de creer en él. Eres una terrorista emocional, has destruido mi vida y, aunque no te des cuenta, la tuya también. No eres feliz, Gloria, ni dejas que lo sea quien está a tu lado. Por fortuna he encontrado el antídoto, que consiste simplemente en distanciarme de ti. Era tan fácil...
—Mateo, por favor, no me dejes. Puedo cambiar...
—No, no puedes. Ni si quiera puedes entender que sea esta la vida que quiero llevar y que tú, ni muchísimo, menos, serías capaz de compartir. Adiós, Gloria.

Se dio la vuelta y salió de la terminal de vuelos nacionales. Era un atardecer hermoso, el sol y la luna juntos en el cielo en llamas. La luna brillaba con luz robada al sol. El sol moría envuelto en carmesí. Comenzó a alejarse en dirección a su nueva vida. Sin pena. Sin Gloria.


© del texto JAVIER VALLS BORJA
invierno1999

lunes, 21 de septiembre de 2009

Extracto

El viajero escribe en pelota, en los hartos y pegajosos cueros del verano y socorrido por un chirriante ventilador vetusto que le barre los malos sentimientos del pecho y los malos pensamientos de la cabeza. […] Entonces el viajero que, a falta de mayores méritos, es algo aplicado, aprovecha para empezar un libro que debió haber escrito hace ya tiempo. Hoy es un día oficialmente alegre para el viajero. Los nacimientos son siempre oficialmente alegres; a veces, sin embargo, las alegrías oficiales acaban como el rosario de la aurora. Esta es cosa que no puede saberse hasta que sucede y ya no tiene arreglo. […] Dentro de un mes hará siete años que el viajero se empezó a patear, un pie tras el otro pie, la bota de tintillo al cinto y la mochila al hombro, el montaraz escenario del libro que hoy comienza. El viajero es hombre de memoria; además, por el camino fue recogiendo y guardando flores, que es oficio de vagabundo sentimental, y apuntando en un cuaderno y con buena letra las incidencias del viaje […] La memoria es fiel aliada del viajero; a los cuadernos no hay peligro de que le vuelen las hojas porque están cosidas ( el viajero antes de llegar a la mitad del viaje reforzó su cuaderno con esparadrapo).

A siete años de un suceso (un amor, una matanza entre cristianos, un ahogado que llega hasta la orilla) el suceso ya es otro: ni mejor ni peor, quiere decirse, sino diferente. Este libro no hubiera sido el mismo de haberse escrito sobre la marcha o inmediatamente después de la marcha. El viajero no piensa que haya acertado dejando pasar el tiempo; tampoco se atrevería a confesarse errado. El viajero tiene un concepto muy relativo de los hombres y de sus situaciones (el humor, los viajes, la necesidad, etc.) y piensa que la verdad no es una sino varia, cambiante y esquiva.

[…]

Las cosas suceden siempre inevitablemente y, de otra parte, tan sólo aquello que sucede es considerable. Este libro no se escribió antes porque, según se ve, no pudo haberse escrito antes. La historia no es arte jeremíaco sino ciencia concreta y el deber viene condicionado por todo aquello que lo hace posible.

[…]

Al viajero ya se le van cansando las piernas de caminar el santo suelo de la dura y pagana España, y se dispone a escribir las sosegadas aventuras de su viaje (que nuestro señor el apóstol Santiago quiera no hacer el último, amén) con cierto resignado escepticismo, con no poco dolor.

[…]

El viajero, lleno de gratitud, se soba las piernas que le llevaron -tan clementes y fieles y puntuales alas y calendario del corazón- por los remotos paisajes que le bailan por el suelto de la memoria.

CAMILO JOSÉ CELA
“VIAJE AL PIRINEO DE LÉRIDA”

jueves, 17 de septiembre de 2009

Cita

Se ama a algunos autores de la misma manera que nos apasionamos por ciertas personas, con el mismo desprecio por la lógica y la misma fascinación por hechos triviales. Nos inspiran simpatía porque nacieron el mismo día que nosotros, porque sus novelas nos llegaron cuando estábamos enfermos o nos habían abandonado y necesitábamos escapar del mundo, porque crearon historias en las que nos reflejábamos o tuvieron una muerte prematura y dolorosa.

Las razones de los enamoramientos literarios hunden sus raíces en los deseos insatisfechos, en la música de las esferas que se intuye en sus palabras, en los códigos secretos que creemos destinados únicamente a nosotros y que desciframos con la misma ansiedad con la que desnudamos otros cuerpos. Quien no comprenda esto permanece ajeno a la fiebre de la literatura, y quizás haya sido afortunado, porque ha pasado por esta pasión devastadora de puntillas y con el ánimo intacto; pero se ha visto limitado a una única vida, se ha asomado a los libros como si se apoyara en una ventana y no ha sabido descubrir el pasadizo que se abre en ellos.

ESPIDO FREIRE
“QUERIDA JANE, QUERIDA CHARLOTTE”
(Introducción)

martes, 15 de septiembre de 2009

Sin pena ni Gloria 12/13

Y no sabe si pintó todo aquello como si en ello le fuera la vida, o si lo hizo porque la vida le iba en ello. Pasaba los días pintando, ora lánguidamente, ora con frenesí, al ritmo que le marcaba la necesidad de expresarse. ¡Tenía tanto que decir! Las noches fueron un calco de la primera, viendo desde la hamaca cómo las salamanquesas cazaban las polillas que intentaban una y otra vez suicidarse contra las bombillas encendidas. Y las gentes del lugar le veían aparecer de pronto de entre las adelfas, o salir de un cañaveral cargado con sus bártulos, y pasarse horas pintando al sol. Conocían sus baños nocturnos y empezaron a mirarlo como a un bicho raro, y él estaba encantado, porque todo el mundo sabe que las personas sencillas miran a los artistas como a seres estrambóticos, como si fueran marcianos, y él, por fin, era un artista. Al principio le saludaban con un cierto recelo; al cabo de un tiempo, ya con franca simpatía. Se sentía vivo, lo estaba, y quería seguir viviendo. Aquella tierra, aquellos colores, aquel mar, le habían despertado los sentidos, los sentimientos que él creía muertos, y que solamente estaban atrofiados. En las últimas semanas pintó los mejores cuadros de su vida, y también su vida iba adquiriendo distinto color. No más gris.

© del texto JAVIER VALLS BORJA
invierno1999


Extracto

No es libros lo que usted necesita, sino algunas de las cosas que en un tiempo estuvieron en los libros. El mismo detalle infinito y las mismas enseñanzas podrían ser proyectados a través de radios y televisores, pero no lo son. No, no: no son libros lo que usted está buscando. Búsquelo donde pueda encontrarlo, en viejos discos, en viejas películas y en viejos amigos; búsquelo en la Naturaleza y búsquelo por sí mismo. Los libros sólo eran un tipo de receptáculo donde almacenábamos una serie de cosas que temíamos olvidar. No hay nada mágico en ellos. La magia sólo está en lo que dicen los libros, en cómo unian los diversos aspectos del Universo hasta formar un conjunto para nosotros.


RAY BRADBURY
"FAHRENHEIT 451"

domingo, 13 de septiembre de 2009

Extracto

FAHRENHEIT 451:

la temperatura a la que el papel de los libros se inflama y arde.



RAY BRADBURY
"FAHRENHEIT 451"

sábado, 12 de septiembre de 2009

Cita

Si os dan papel pautado, escribid por el otro lado.

JUAN RAMÓN JIMÉNEZ

jueves, 10 de septiembre de 2009

Sin pena ni Gloria 11/13

Mateo la llevó al hotel y se despidió de ella. Después se dirigió a la ciudad y compró lienzos, papel, óleos, acuarelas, pinceles, paletas, espátulas, caballetes, aguarrás, aceite de linaza y todo lo que pudiera necesitar para trabajar. Adquirió también un pequeño equipo de música y un buen puñado de compactos de jazz, además de vino y comida en abundancia y, así pertrechado, inició el regreso a su recién estrenado paraíso.

Su paraíso azul. El cielo y el mar compitiendo en azul. Azul puro. El azul puro del cielo, sin matices, puro; y el puro azul de las aguas transmutándose en albo cegador al morir las olas, espuma blanca, virginal, Mediterráneo destilado. Casas de cal, esencia de luz, rejas negras que, pese a ser rejas, no pueden retener los claveles reventones, los geranios que estallan en rojo, las margaritas, si, no, si, no... Palmeras estallando en el cielo con sus penachos de dátiles dorados, aliagas violentamente amarillas, el feroz verde de los pinos extendiendo su manto hasta la misma orilla del mar. Naranjos henchidos de fruta, limoneros, buganvillas que devoraban las tapias... todo era color que se agolpaba en sus ojos, luchando por llegar a la retina antes que el resto.

© del texto JAVIER VALLS BORJA
invierno1999

Extracto

La descripción convierte al lector en partícipe sensorial de la historia. A describir se aprende, que es una de las razones principales de que sólo puedas hacerlo bien si lees y escribes mucho. Resulta que no es cuestión sólo de cómo, sino de cuánto. La respuesta al cuánto te la dará la lectura, y la del cómo, páginas y páginas de escritura. Sólo aprenderás practicando.

El primer paso de la descripción es la visualización de lo que quieres hacer vivir al lector, y el último, trasladar a la página lo que ves en tu cabeza. Fácil, lo que se dice fácil, no es.

[...]

Una descripción insuficiente deja al lector perplejo y miope. El exceso de descripción lo abruma con detalles e imágenes. El truco es encontrar un buen punto medio. También es importante saber qué describir y qué descartar en el proceso principal, que es contar algo.

STEPHEN KING
"MIENTRAS ESCRIBO"

martes, 8 de septiembre de 2009

Sin pena ni Gloria 10/13

Al día siguiente Gloria amaneció con cara de vinagre. Habla pasado una mala noche y ni siquiera sus cosméticos caros conseguían disimularlo.

—No he podido pegar ojo, con el ruido del mar arrastrando las piedras y esos horribles pajarracos que no han callado ni un momento, y me han picado los mosquitos. Y tú, ¿por qué no viniste a la cama?

Mateo sonrió y le sugirió que se bañara.

—El agua está ahora fresca y te tonificará, ya lo verás.
—Ni lo sueñes; no voy a dar un solo paso sobre esas piedras que se clavan en los pies.
—Está bien, está bien. Relájate..., hablemos. Sabía que pasaría esto y, por tanto, lo tenía previsto—dijo Mateo. Ella lo miró con cara de circunstancias y preguntó:
— ¿Qué es lo que tenias previsto? No sé qué quieres decir.
—Mira, Gloria, sabes mejor que yo que siempre hemos hecho los viajes que tú querías hacer, que te he seguido como un cordero, sin rechistar, pero llega un momento en la vida en que, hasta un calzonazos como yo, se rebela y dice ¡basta! Tú y yo no tenemos intereses espirituales en común, y mucho menos si de materia lúdica hablamos, así que, ni tú vas a conseguir arrastrarme de nuevo, ni yo voy a intentar hacer lo mismo contigo, naturalmente. Sé perfectamente que esto—abrió los brazos, mostrando el espacio que les rodeaba— no va contigo, ni con tu ropa de marca, así que eres libre.

Dicho esto, le tendió un sobre y le dijo:

—Toma, ábrelo.
— ¿Qué es esto?—preguntó ella, algo aturdida por lo que acababa de escuchar.
—Es una reserva para todo el mes en uno de esos hoteles que tanto te gustan. Puedes cancelarla en el momento en que gustes. También tienes un billete de avión abierto, para que regreses cuando quieras. Así, los dos contentos ¿Te parece bien?

Gloria se quedó callada, mientras observaba sus ojos intentando descubrir si le estaba tomando el pelo. Mateo le sostuvo la mirada con franqueza y ella vio que no bromeaba. Su cara pasó del grana de la vergüenza a la lividez que le provocó el discernimiento de la situación, de una situación que se le escapaba de las manos. Finalmente, asintió.

© del texto JAVIER VALLS BORJA
invierno1999

Extracto

El poeta Trifón Cármenes también acudía sin falta a la hora del correo. Pasaba revista a varios periódicos con febril ansiedad y desaparecía enseguida con un desengaño más en el alma. Era "que no se lo habían publicado". Se trataba de alguna poesía o cuento fantástico que había mandado a cualquier periódico y que no acababa de salir. Cármenes, que en los certámenes de Vetusta se llevaba todas las rosas naturales, no podía conseguir que sus versos tuvieran cabida en la prensa madrileña; y eso que empleaba en las cartas con que recomendaba las composiciones la finura del mundo. La fórmula solía ser ésta: "Muy señor mío y de mi más distinguida consideración: adjuntos le remito unos versos para que, si los estima dignos de tan señalado honor, vean la luz pública en las columnas de su acreditado periódico. Escritos sin pretensiones..., etc., etc." Pero, nada, no salían. Pedía, después de un año, que se los devolvieran. Pero "no se devolvían los originales". Aprovechaba el borrador y publicaba aquello en El Lábaro, el periódico reaccionario de Vetusta.


LEOPOLDO ALAS "CLARÍN"
"LA REGENTA"

sábado, 5 de septiembre de 2009

Sin pena ni Gloria 9/13

Mateo iba abriendo puertas y ventanas, anegando las estancias de luz, de aire fresco, de los sonidos de la vida; inundando su espíritu de energía. En el mismo instante en que divisó la isla desde el aire se le había instalado una sonrisa en los labios, que ahora no hacía sino aumentar en intensidad. Ella entró y, mientras lo miraba todo con una mueca de desagrado, dijo:

—¿De verdad nos vamos a quedar aquí? Dime que no.

Como única respuesta, él se puso a descargar las maletas y las llevó adentro.

—¿Qué lado de la cama prefieres?— preguntó Mateo con un semblante de falsa inocencia.

Llegó la noche. Gloria se acostó temprano y sin cenar.

—Me voy a dormir, Mateo; aquí no hay nada que hacer— dijo enfurruñada.—Ni si quiera hay televisión.
—¿No te apetece tomar un vino en el porche conmigo? Podríamos charlar como antes, de nada y de todo a la vez; hace mucho que no lo hacemos. Escucharemos la radio y quizá pongan nuestra canción ¿la recuerdas? Sería bonito bailar a la luz de la luna. O podemos contar estrellas fugaces, y pedir deseos, o intentar descubrir luciérnagas, o localizar constelaciones, o admirar la belleza de la Vía Láctea, o jugar a comer uvas directamente de la parra, o bajar a la playa y bañarnos desnudos. Tal vez pudiera seducirte, o tú a mí; acaso quisieras darme un beso... ¿De verdad crees que aquí no hay nada que hacer?
—Buenas noches—fue la seca respuesta de ella.

Mateo se sirvió una copa de vino, puso la radio y pidió deseos a las estrellas fugaces. Vio luciérnagas, localizó Venus y Altair y descubrió a la Estrella Polar tirando de la Osa Mayor. Bajó a la playa y se bañó desnudo en la calidez uterina que emana el Mediterráneo en las noches de verano. Tendió una hamaca entre dos postes del porche y comió las uvas que estaban al alcance de su boca; en la radio sonaba su canción.

Al fin, caldeado por el vino y fresco por el baño, se durmió arrullado por la nana del mar y la misteriosa llamada de las lechuzas.

© del texto JAVIER VALLS BORJA
invierno1999

Cita

Escribir es pasar la vida a limpio.

GABRIEL RAMÍREZ LOZANO

miércoles, 2 de septiembre de 2009

Sin pena ni Gloria 8/13

El trayecto tocaba a su fin y, ante la alarma de Gloria, abandonaron la carretera y tomaron una pista que zigzagueaba por el interior de un bosquecillo de encinas salpicado de abigarrados palmitos y cipreses que escapaban hacia el infinito, retenidos únicamente por sus raíces.

—Mateo ¿nos hemos perdido?

Él sonrió sin mirarla, y negó con la cabeza. La senda acababa bruscamente frente a una casa pequeña y muy blanca, recién encalada. La rodearon hasta llegar a la parte delantera, ocupada enteramente por una frondosa parra y una higuera que daba una sombra densa, casi sólida. La casa estaba flanqueada por chopos y eucaliptos que competían en altura en su búsqueda de luz y cuyas hojas, al ser mecidas por el viento, cantaban con voz de agua, como un arroyo. Unos metros más allá el terreno acababa convertido, de repente, en mar. Abajo se veía una pequeña playa de guijarros y al otro lado de la cala, sembrada de barcas fondeadas, un pequeño caserío de pescadores.

Encontró la llave donde le habían indicado, abrió el portón y entró al interior fresco y umbrío. Gloria se había quedado afuera, incrédula.

—Esto será una broma ¿no?—le gritó, nerviosa— No nos iremos a quedar aquí, Mateo; esto es el culo del mundo.
—Puede que sí, si bien es el culo del mundo más bonito que he visto jamás—dijo él desde dentro, mientras recorría la casa— ¿te vas a quedar ahí?

© del texto JAVIER VALLS BORJA
invierno1999

Cita

La memoria, esa fuente del dolor.

CAMILO JOSÉ CELA