jueves, 22 de octubre de 2009

Cita

¿Qué podemos decir del tema en sí?

¿Por qué ese tema y no otro? ¿Qué razones mueven consciente o inconscientemente al cuentista a escoger un determinado tema?

A mí me parece que el tema del que saldrá un buen cuento es siempre excepcional, pero no quiero decir con esto que un tema deba ser extraordinario, fuera de lo común, misterioso o insólito. Muy al contrario, puede tratarse de una anécdota perfectamente trivial y cotidiana.

Es habitual que en el curso de una conversación, alguien cuente un episodio divertido o conmovedor o extraño, y que dirigiéndose luego al cuentista presente le diga: "Ahí tienes un tema formidable para un cuento; te lo regalo". A mí me han regalado en esa forma montones de temas, y siempre he contestado amablemente: "Muchas gracias", y jamás he escrito un cuento con ninguno de ellos. Sin embargo, cierta vez una amiga me contó distraídamente las aventuras de una criada suya en París. Mientras escuchaba su relato, sentí que eso podía llegar a ser un cuento. Para ella esos episodios no eran más que anécdotas curiosas; para mí, bruscamente, se cargaban de un sentido que iba mucho más allá de su simple y hasta vulgar contenido. Por eso, toda vez que me han preguntado: ¿Cómo distinguir entre un tema insignificante -por más divertido o emocionante que pueda ser- y otro significativo?, he respondido que el escritor es el primero en sufrir ese efecto indefinible pero avasallador de ciertos temas, y que precisamente por eso es escritor.


JULIO CORTÁZAR

1 comentario:

  1. COMENTARIOS EN FACEBOOK

    Ana María Arroyo
    Vale, lo admito, con esta cita del gran Cort ... Ver másázar... te superas!! Me encanta este escritor y además estoy totalmente de acuerdo con su reflexión.
    A veces los temas que para los demás son insignificantes, para mí (en particular) y para todos los que escribimos (en general) hacen saltar una chispa dentro de nosotros y se crea una historia lista para ser contada. Yo soy de las que creo, gustos a parte, que las cosas más pequeñas pueden escribirse a lo grande. Todo depende de los ojos con los que se miren.
    Y después de este "testamento" recibe otro fortísimo abrazo!!!!!
    El 22 de octubre de 2009 a las 12:04 ·

    Marta Lopez
    Toda historia merece ser contada.Otra cosa es el "enfoque" y el momento en que se cuente que creo es en si lo que la hace un tema que merece la pena ser contado o no.
    El 22 de octubre de 2009 a las 12:48 ·

    Javier Valls Borja
    Claro, Marta, a lo que se refiere Cortázar es precisamente a eso, a que cualquier historia que "golpee" al escritor, merece la pena ser contada por él, aunque tal vez el mismo tema no fuera capaz de inspirar a otro escritor. Todo puede (y merece) ser contado.
    El 22 de octubre de 2009 a las 13:25 ·

    Marta Fernandez
    Las historias, dependen del momento anímico que nos encontremos; en ese momento les damos más o menos importancia y ese es el reflejo que llevamos al papel, puede ser una historia buena o mala, nosotros somos los que la transformamos. Un saludo
    El 22 de octubre de 2009 a las 13:40 ·

    Javier Valls Borja
    Si hablamos de tener un buen o un mal dia, no estoy del todo de acuerdo, Marta Fernández, porque si estás escribiendo una historia larga, pasas por distintos estados de ánimo en el transcurso de la creación de la obra. Ahora bien, tu opinión me parece acertada si hablamos de períodos de tiempo más o menos largos en que nos encontremos en un estado anímico optimista, depresivo, o cualquier otro que se halle entre estos.
    ¡Saludos!
    El 22 de octubre de 2009 a las 15:35 ·

    Julio Guerra
    Me gusta que me hablen de estas cosas que siento a menudo, que me parecen muy m ... Ver másías pero que luego resultan ser un secreto común y esparcido sobre todas aquellas personas que tengan el impulso sensible suficiente como para aprehenderlo y, en nuestro caso, desarrollar una historia. Sí, a mí me han contado, o he escuchado indirectamente, historias, anéctodas, hechos muy diversos hasta que, de pronto, ¡Ta ta ta chan!: aquí tengo un relato.

    p.d.: por supuesto quiénes cuentan o escuchan tales historias, en su gran mayoría ni siquiera son capaces de averiguar qué hilos se mueven ya en mi cabeza gracias a ciertos detalles, incluso sólo una palabra, que contiene lo que han contado.
    El 23 de octubre de 2009 a las 1:21 ·

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