—Está bien, me rindo —concedió él de mala gana. —Tú ganas... ¡Deja que me levante, que no veo nada!
Ana lo liberó y ambos se pusieron en pie, pudiendo así comprobar Álvaro que ella, siempre de estatura inferior a la suya, era ahora de su misma alzada.
—Has crecido, enana.
—Tú también —dijo ella, sacudiéndose la ropa.
—Tú más; me has alcanzado.
—Ahora ya estamos en igualdad de condiciones, abusón.
Y diciendo esto, le dio un empujón y huyó a la carrera, chillando de miedo y excitación, y segura de que él la seguiría. Efectivamente, Álvaro se lanzó en su persecución y, como no podía alcanzarla, se abalanzó a sus pies como se tiran los porteros de fútbol para parar los balones. Consiguió agarrarla de un tobillo y ella cayó de bruces, riendo y jadeando a un tiempo. Se sentaron en la posición birmana, rebozados de nuevo en arena y él, con el orgullo de haber podido mantener su supremacía, le dijo:
—¿Lo ves? Todavía puedo contigo, enana.
—Es porque me he dejado —contestó ella haciendo una mueca burlona.
—Si, sí, ya... Bueno, ¿cuándo has vuelto? ¿Por qué no has venido a verme antes?
—He llegado esta mañana, y cuando os iba a ir a buscar a Andrés y a ti, mi abuela me ha dicho que con aquel diluvio ni soñara con salir a ninguna parte. En cuanto ha dejado de llover he escapado de casa disparada. Sabía que te encontraría aquí.
—Sí. Tenía muchas ganas de verte. Además, Andrés está con la varicela y no puede salir. Me estaba aburriendo como una ostra, pero ahora ya estás aquí...
© del texto JAVIER VALLS BORJA
primavera 2000
Ana lo liberó y ambos se pusieron en pie, pudiendo así comprobar Álvaro que ella, siempre de estatura inferior a la suya, era ahora de su misma alzada.
—Has crecido, enana.
—Tú también —dijo ella, sacudiéndose la ropa.
—Tú más; me has alcanzado.
—Ahora ya estamos en igualdad de condiciones, abusón.
Y diciendo esto, le dio un empujón y huyó a la carrera, chillando de miedo y excitación, y segura de que él la seguiría. Efectivamente, Álvaro se lanzó en su persecución y, como no podía alcanzarla, se abalanzó a sus pies como se tiran los porteros de fútbol para parar los balones. Consiguió agarrarla de un tobillo y ella cayó de bruces, riendo y jadeando a un tiempo. Se sentaron en la posición birmana, rebozados de nuevo en arena y él, con el orgullo de haber podido mantener su supremacía, le dijo:
—¿Lo ves? Todavía puedo contigo, enana.
—Es porque me he dejado —contestó ella haciendo una mueca burlona.
—Si, sí, ya... Bueno, ¿cuándo has vuelto? ¿Por qué no has venido a verme antes?
—He llegado esta mañana, y cuando os iba a ir a buscar a Andrés y a ti, mi abuela me ha dicho que con aquel diluvio ni soñara con salir a ninguna parte. En cuanto ha dejado de llover he escapado de casa disparada. Sabía que te encontraría aquí.
—Sí. Tenía muchas ganas de verte. Además, Andrés está con la varicela y no puede salir. Me estaba aburriendo como una ostra, pero ahora ya estás aquí...
© del texto JAVIER VALLS BORJA
primavera 2000
COMENTARIOS EN FACEBOOK
ResponderEliminarNicolás Calvo
Queremos más. Lo estás publicando como un "román feuilleton" para ponernos los dientes largos. Eres un clásico, Javier.
El 21 de octubre de 2009 a las 13:49 ·
Ana María Arroyo
Así es, Javier. En pequeñas porciones... como todo lo bueno!!! Un abrazo!
El 21 de octubre de 2009 a las 14:12 ·
Anita Noire
Javiiiiiiierrrrr, venga nos has dejado en un total "interruptus", ya te vale. Ahora a ver cuanto tardas en colgarnos la siguiente entrega. Ya te vale.
El 21 de octubre de 2009 a las 14:53 ·
Marta Lopez
quedarse con las ganas es fatal para la salud.....venga!!!! todos queremos más...
El 21 de octubre de 2009 a las 16:34 ·
Javier Valls Borja
No seais avariciosos... seguro que si lo pusiera todo de golpe os aburriríais como ostras y no acabábais de leerlo...
¡Es broma! Gracias a todos; con vuestras palabras y vuestros "Me gusta", me animáis más de lo que soy capaz de expresar.
El 22 de octubre de 2009 a las 1:33 ·
Angel Utrillas Novella
Don Javier no se haga usted de rogar hombre. Estoy totalmente de acuerdo con Anita y con Marta, estas interrupciones no deben ser nada saludables y la espera tampoco,sea usted bondadoso y regalenos fragmentos menos fragmentados.
El 22 de octubre de 2009 a las 7:15 ·
Javier Valls Borja
Hoy os pondré una cita, que sé que también os gustan.
El 22 de octubre de 2009 a las 9:59 ·
Anita Noire
Venga Valls que nos tienes de sequía...
El 22 de octubre de 2009 a las 10:00 ·