Respiro hondo. Elevo la mirada hacia los balcones engalanados con una iluminación imposible, adquirida en el supermercado del barrio. Las ventanas resplandecen como pequeñas sucursales de casas de putas de carretera, y es que, claro, no me acordaba, es navidad. Lo confirman los cientos de papásnoeles que cuelgan de los balcones, como si estuvieran ahorcados. ¿Qué pensarán los niños ante semejantes hordas de santaclauses? Las ventanas compiten en mal gusto y la vulgaridad se adeña de la calle. Ahorra energía. Ja.
© del texto JAVIER VALLS BORJA
diciembre 2004 / mayo 2006
© de la fotografía Juan Carrasco (fuente: flickr), publicado bajo una licencia Creative Commons
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ResponderEliminarElena Alvarez de Castro
Siempre he pensado que los papásnoeles colgados me dan yuyu,no me gustan. Y eso de que pongan las ventanas como ferias de chochona...joer.
Eso sí,hay que ahorrar luz.
Qué verdades dices,Javier,como puños!!!.
El 08 de enero a las 4:30
Ana María Arroyo
Uff!!! qué cierto!!! En fín... me sigue gustando mucho. Unas luces??? jajjaa!!!
El 08 de enero a las 6:52
Jorge Diego Martellotto
bello
El 08 de enero a las 15:31
Nuria de Espinosa
jaja, me ha hecho reir Javier, muy bueno.
El 08 de enero a las 16:50
Jorge Diego Martellotto
tenés razon totalmente!
El 08 de enero a las 18:11
Angel Utrillas Novella
Yo he visto este a ... Ver másño uno muy bueno, Santa Claus o Papá Noel o San Nicolas o quien fuera vamos, un tipo de rojo y barba blanca trepando a un balcón y arriba los tres reyes magos corttándole las cuerdas de la escalera, me pareció genial.
La iluminación navideña da alegría... a los centros comerciales, en Madrid por ejemplo sufrimos todos los años el puñetero cortilandia, pues viene gente de los pueblo s de los alrededores sólo para verlo, ¿aprovecharan la visita para ir al museo del Prado?
Bueno que me gusta y que sigo ansioso por leer el final.
El 08 de enero a las 18:37