—Eres un imbécil.
—¿Por qué? ¿Por decirte lo que pienso?
—No te había pedido tu opinión.
—Creí que era mi obligación de amigo...
—No, si con ella me hundes en la miseria.
—Pero, ¡es que tengo razón!
—Eres un imbécil.
© del texto JAVIER VALLS BORJA
septiembre 2009
© de la fotografía deiby (fuente: flickr), publicado bajo una licencia Creative Commons
qué bien resumes todos los hándicaps en una relación humana, "eso" que llamamos amistad a veces, contra todo lo que hay que luchar si se quiere apostar por el entendimiento...diálogo para besugos...¿será que lo somos?..:)
ResponderEliminarun beso, Javier. Muy bueno.
COMENTARIOS EN FACEBOOK
ResponderEliminarAnita Noire
Que bien nos viene a veces que nos digan que somos imbéciles.
El 02 de febrero a las 13:25
Poma Algú R B
Y a los que de verdad lo somos (yo) aún más.
El 02 de febrero a las 13:28
Anita Noire
Y yo, no te puedes imaginar lo imbecil que soy...pero a mucha honra, eh!!!
El 02 de febrero a las 13:32
Elena Alvarez de Castro
Qué verdad!!! Si es que somos imbéciles por naturaleza,creemos que por ser amigos,nos van a decir lo que queremos oir,pues no!!!
Muy bueno,señor Valls!!!!!.
El 02 de febrero a las 13:33
Javier Valls Borja
Sí, señoras, pero yo creo que ese "imbécil" tiene una connotación cariñosa, como si pudiéramos continuar la frase con un "pero gracias".
El 02 de febrero a las 13:37
Elena Alvarez de Castro
Es que esos imbéciles,en el fondo nos dan las gracias.
El 02 de febrero a las 13:39
Anita Noire
Claro, es que la gracia está ahí en que te digan que eres imbecil y aunque te suene a cuerno quemao, te lo comas porque sabes que eres imbécil y el que te lo dice alguien que te quiere.
El 02 de febrero a las 13:41
Nicolás Calvo
Personalmente diferencio entre los amigos que dicen la verdad y los amigos "veraces". La diferencia es que los amigos que dicen la verdad siempre te la dirán, del mejor modo posible, pero te la dirán. En los buenos momentos y en los momentos malos, siempre francamente pero con respeto y delicadeza, si es posible, Los "veraces te soltarán la peor fantochada en el momento más inoportuno, cuando no venga a cuento y siempre para su propio placer y satisfacción. Habrá que ver qué clase de amigos son estos, ya que se anuncia serie. Besos a todos. (Javier, esperamos de tu mano el 2).
El 02 de febrero a las 14:06
Angel Utrillas Novella
Seré imbécil. No había visto aún este microrelato.
El imbécil es el que cumple con su obligación de amigo, cuando el supuesto amigo, no es digno de ser llamado imbécil in the face, sino from behind.
El 02 de febrero a las 14:15
Javier Valls Borja
Buen matiz, Nicolás, y magnífica aclaración. Todos hemos "sufrido" amigos de esa otra clase, de la que podríamos llamar "no amigos", vaya.
En cuanto a la serie, será inconexa, y relatará situaciones cotidianas y habituales entre amigos y ¡primicia!: amigas.
Un abrazo.
El 02 de febrero a las 14:18
Noe Domínguez
Pues a mí me encanta que de vez en cuando un "imbecil" me diga las verdes. Genial que el "pero gracias" sea implícito. Me ha gustado mucho.
El 02 de febrero a las 15:19
Ana María Lozano
Eso es lo bueno de la disparidad de opiniones en la Vida, lo que tú no ves, te lo hacen ver otros. Llámense "imbeciles" o amigos a secas. En el eres imbecil implícitamente el tio en cuentión se auto define imbecil (sin comillas) a sí mismo.
El 02 de febrero a las 16:05
Ana María Lozano
Pero agradecido, muy agradecido, sí. Feliz incluso.
El 02 de febrero a las 16:13
Sandra Gianfaldoni
Gracias a Dios, la vida no me ha dado amigos imbéciles o será que jamás pude hacerme amiga de un imbécil. Las personas imbéciles no me interesan para amigos. Las respeto sí, como a cualquier ser humano, pero un imbécil de amigo... es peligroso.
El 02 de febrero a las 19:54
Noe Domínguez
que en un momento llamemos imbecil a alguien, no quiere decir que lo sea... Puede que en ese momento, lo estemos siendo nosotros.
El 03 de febrero a las 8:14