domingo, 7 de marzo de 2010

Extracto




--Una vez decidido el tema, debe usted tomar en consideración el tono o estilo de su narración. Existe, por supuesto, el tono didáctico, el tono entusiasta, el tono natural, todos suficientemente conocidos. Pero también está el tono lacónico, o seco, que se ha puesto de moda últimamente. Consiste en escribir con frases cortas. Algo como esto: Nunca se es demasiado breve. Nunca, demasiado mordaz. Siempre, un punto. Jamás, un párrafo.


--También está el tono elevado, difuso e interjectivo. Algunos de nuestros mejores novelistas son adictos a este estilo. Todas las palabras deben ser como un torbellino, como una peonza sonora, y sonar de una forma muy parecida, lo que suple muy bien la falta de significado. Este es el mejor estilo que se debe adoptar cuando el escritor tiene demasiada prisa para pensar.

--También es bueno el tono metafísico. Si conoce usted palabras ampulosas, ahora es el momento de utilizarlas. Hable de las escuelas Jónica y Eleática, de Architas, Gorgias y Alcmaeon. Diga algo acerca de lo subjetivo y de lo objetivo. Insulte, por supuesto, a un hombre llamado Locke. Desdeñe usted todo en general, y si un día se le escapa algo un poco demasiado absurdo, no tiene porqué tomarse la molestia de borrarlo, añada simplemente una nota a pie de página, diciendo que está usted en deuda por la profunda observación citada arriba con la “Kritik der reinem Vernunf”, o con “Metaphysische Anfangsgründe der Naturwissenschaft”. Esto le hará parecer erudita y... y... sincera.


--Hay varios otros tonos igualmente célebres, pero mencionaré tan sólo dos más, el tono transcendental y el tono heterogéneo. En el primero, todo consiste en ver la naturaleza de las cosas con mucha más profundidad que ninguna otra persona. Esta especie de don del tercer ojo resulta muy eficaz cuando se aborda adecuadamente. […] Evite usted en este caso las palabras altisonantes. Utilícelas lo más pequeñas posible y escríbalas al revés. […] Introduzca algo acerca de la Unidad Suprema. No diga ni una sola palabra acerca de la Dualidad Infernal. Sobre todo, trabaje con insinuaciones. Insinúelo todo, no afirme nada. Si tuviera usted el deseo de escribir “pan y mantequilla”, no se le ocurra hacerlo de una forma directa. Puede usted decir todo lo que se aproxime al “pan y mantequilla”. […] ...si lo que quiere usted decir de verdad es pan y mantequilla, sea usted prudente […] y bajo ningún concepto se le ocurra a usted decir “pan y mantequilla”.


--En cuanto al tono heterogéneo, no es más que una juiciosa mezcla, a partes iguales, de todos los demás tonos del mundo, y consiste, por lo tanto, en una mezcla de todo lo profundo, extraño, grandioso, picante, pertinente y bonito.

--Supongamos entonces que usted ya ha decidido el tema y el tono a utilizar. La parte más importante, de hecho, el alma de la cuestión, está aún por hacerse Me refiero al relleno. No es lógico suponer que una Dama, ni tampoco un caballero, si a eso vamos, haya llevado la vida de un ratón de biblioteca. Y no obstante y por encima de todo, es necesario que el artículo tenga un aire de erudición, o al menos pueda ofrecer pruebas de que su autor ha leído mucho. […] Echando un vistazo a casi cualquier libro del mundo, podrá usted percibir de inmediato la existencia de pequeñas muestras de cultura o bel-esprit-ismo, que son precisamente lo que hace falta para sazonar adecuadamente un artículo modelo Blackwood.

EDGAR ALLAN POE

Extracto del relato cómico “Cómo escribir un artículo de Blackwood”


© de la fotografía kevindooley (fuente: flickr), publicado bajo una licencia Creative Commons

5 comentarios:

  1. ¡genial!, jaja, !asombroso!, genial, ya lo dijo él, jolines!, pensé que era una chanza contemporánea sobre lo que se puede leer hoy más o menos.
    Como todos los genios, adelantado a su tiempo.
    menudo destripamiento..¿enseñarán así en los talleres literarios, sin ánimo de ofender, me pregunto?..:D
    Un beso

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  2. Sería el colmo, vamos, si fuera eso lo que enseñan en los talleres literarios. Lo que sí ocurre es lo que tú comentas, Sofía, que hay por ahí mucha verborrea sin contenido, a treinta eurazos el ejemplar.

    Poe fue un gran analista de la época que le tocó vivir; imagínate, si viviera ahora, con todo el petardeo que hay a todos los niveles, las cotas de mordacidad que podría alcanzar.

    Beso.

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  3. IMpresionante, Poe. Todo un maestro. Hoy ya nadie dice las cosas con esa claridad, rotundidad y conocimiento. Hoy todo está impregnado de una capa de buenas maneras y pensamiento positivista, que la verdad, aburre. Los medios de comunicación masivos tienen gran parte de culpa

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  4. Sí, Ignasi, lo que hoy es considerado como políticamente correcto nos lleva de cabeza a la mediocridad. De haber sido políticaente correctos, ¿qué habría sido de Cela, Umbral, Wilde, o el mismo Poe, por citar sólo unos pocos ejemplos?

    Un abrazo.

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  5. COMENTARIOS EN FACEBOOK

    Angel Utrillas Novella
    Pero bueno, llevo dos días sin ver esta joya en tu muro. Interesante y didactico este extracto del señor Poe, muy hábil Javier y eso sin tener una buena conexión. A ver si cuando tengas perfecta conexión me etiquetas porque sí no igual me pierdo tus joyas, ésta casi se me escapa.
    El 09 de marzo a las 10:31

    Javier Valls Borja
    Yo no etiqueto nunca, Ángel, y lo sabes, porque me da miedo caer en el (parafraseando tu genial comparación) "empaquetado", en lugar del etiquetado.

    En cuanto al extracto, resulta muy divertido ver cómo algunos autores siguen al pie de la letra estas directrices para escritores necios. Recomiendo la lectura del cuento completo, y de su continuación "Una situación comprometida", para disfrutar de la caricatura que hace Poe de los literatos fatuos.

    Un abrazo.
    El 10 de marzo a las 2:04

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