lunes, 21 de junio de 2010

Cita



Cuando estoy trabajando en un libro o en un cuento, escribo todas las mañanas desde que asoma la primera luz. A esa hora nadie molesta y hace frío o está fresco y uno empieza a trabajar y entra en calor a medida que escribe. Uno lee lo que ha escrito y como siempre se detiene donde sabe qué va a pasar después, al día siguiente arranca desde ahí.

Uno escribe hasta donde le da el aliento y al llegar allí ya sabe qué va a ocurrir después y para y trata de vivir eso hasta el día siguiente, cuando le da de nuevo. Uno ha empezado a las seis de la mañana, digamos, y puede seguir hasta mediodía o terminar antes. Cuando para está vacío y, al mismo tiempo, nunca vacío sino lleno, como cuando se ha hecho el amor con alguien que uno quiere. Nada puede herirlo, nada puede suceder, nada significa nada hasta el día siguiente en que vuelve a hacerlo. Lo difícil es la espera hasta el día siguiente.

ERNEST HEMINGWAY

© de la ilustración Fernando Vicente (fuente: http://fernandovicenteases.blogspot.com/)


10 comentarios:

  1. Cierto ciertísimo. Qué grandes verdades.

    Saludos,
    Sara.

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  2. Sí, Sara, la verdad es que Hemingway en una mina de oro en cuanto a los consejos que da a otros escritores, o las descripciones que hace de su trabajo. Iré poniendo más cosas suyas, seguro que también te gustarán.

    Beso.

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  3. Lo que más me gustaba de este hombre es la sencillez de su expresión, utilizaba un estilo llano, de forma que cuando te cuenta algo parece como si te lo comentara un amigo cercano.
    Como en este caso que describe de forma tan sencilla el proceso creativo de un escritor, seguramente él mismo.
    Un saludo.

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  4. Sí, Vázquez, y haríamos bien en tomar nota de los consejos y experiencia de los grandes, que por algo lo son. Creo que un buen ejercicio sería preguntarnos a nosotros mismos por qué escribimos, e intentar contestar a esa pregunta huyendo de los tópicos. Yo, como decía Escarlata O'Hara, ya lo pensaré mañana.

    Un abrazo.

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  5. Envidio que este señor se pudiera dedicar sólo a escribir. Yo tengo que arañar horas a todo lo demás y no puedo dedicar lo que querría a algo que tanto me gusta.
    Describe de forma magnífica el proceso creativo que llevaba a cabo, la comparación es hermosa y me siento sorprendida porque yo hago algo similar... eso no me convierte en grande, por supuesto, sino en anhelante. Me sumerjo en la historia y la vivo en mi mente. Vivo cada situación que hacen mis personajes y, tanto los meto en mi vida y yo me meto en la suya que, cuando termino mi historia, me siento triste y vacía, los echo de menos.
    Muy buena esta cita. Un abrazo

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  6. Sería magnífico, Lola, poder dedicarse solo a escribir y, no digo ya hacerse rico, ni mucho menos, sino vivir como hasta ahora.

    También yo me meto en la piel de mis personajes hasta sentir lo que ellos sienten. Recuerdo sobre todo un relato titulado "Hoy que termina septiembre", que podéis encontrar con la etiqueta "Maltrato", que me enervaba mientras lo escribía, me hacía sentir rabia e impotencia, y soy incapaz de poder leerlo en voz alta porque se me pone un nudo en la garganta que me impide continuar con la lectura.

    Beso.

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  7. Pues me ha gustado y me parece interesante esta cita que sin duda es una reflexión sobre su forma de crear. La verdad es que es emocionante cuando estás enfrascado en un proyecto, sobre todo hacia el final, que parece que sólo vives para eso, recuerdo yo que allá por mi primera novela tuve que pedir 15 días de vacaciones para poder terminarla en condiciones, creo que han sido los únicos quince días que me he sentido escritor, con un horario de trabajo y con la mente todo el tiempo en la novela. Luego vino el largo peregrinar, nueve años buscando "editorila"
    Y tiene razón Escarlata, ya lo pensaré mañana.

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  8. Ángel, de todos modos, aunque no hayas de acudir a tu puesto de trabajo habitual durante quince días, siempre hay mil cosas que atender y a lo mejor aprovechas ese tiempo de asueto para hacerlas. Lo ideal sería el poder dedicar una parte fija de cada día a escribir, y después, todo lo demás, como Master Card.

    Teniendo familia, trabajo, que si la compra, que si preparar las comidas y las cenas, la colada, la plancha, gestiones, etc., es muy difícil sacar ese tiempo fijo y, en caso de que lo consigas, es muy difícil que en ese tiempo estés al cien por cien o te vengan a la cabeza ideas aprovechables. Cualquiera que lea esto, sin ser escritor, puede pensar: "entonces, ¿para qué escribes?" Y la respuesta es muy sencilla: porque, a pesar de los pesares, el momento en que estoy escribiendo, es el mejor del día.

    Un abrazo.

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  9. «"entonces, ¿para qué escribes?" Y la respuesta es muy sencilla: porque, a pesar de los pesares, el momento en que estoy escribiendo, es el mejor del día.»
    ... Y yo te cito a ti, Javier, jajajaja!!
    Ésa es la única verdad, la única.
    Ahora no puedo escribir porque estoy con un trabajo de doctorado que me absorbe toda la esencia y me roba el tiempo... y sufro mucho, lo echo en falta. Mis nuevos personajes me preguntan: ¿para cuando?
    Besos miles

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  10. Eres tremenda, Lola; admiro y envidio tu capacidad y tu actitud emprendedora. Y a tus nuevos personajes, diles que se relajen un poco, que las prisas no son buenas compañeras del escritor.

    ¡Mucha suerte con tu tesis!

    Beso.

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