miércoles, 29 de septiembre de 2010

CASADOS



En la radio sonaba la trompeta de Miles Davis, sensual, invitando al amor. Se miraron y una ráfaga de sentimientos y deseo les atravesó como un rayo. Ambos estaban casados, pero eso no impidió que se fundieran en un beso torrencial que desencadenó inevitablemente la pasión que no dejaba de renovarse desde que se conocieron por Internet. Tras el amor, no se sintieron culpables, nunca lo hacían: estaban casados, sí, pero entre ellos.

JAVIER VALLS BORJA
marzo 2010

© de la fotografía TheAlieness GiselaGiardino23 (fuente flickr ), publicado bajo una licencia Creative Commons

10 comentarios:

  1. Con esa musica ,ese ambiente..........
    Muy bien definido en cualquier momento ,puede surgir entre dos personas un arrebato de deseo y no sentirse culpable por nada

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  2. Fíjate que cuando uno lee cosillas así, considera que tal pasión sólo puede ser posible entre novios o entre amantes. Pero, mire usted, la pasión aún es posible cuando uno está casado, aunque exista una leyenda urbana que afirma que la rutina de la convivencia en el matrimonio mata irremediablemente la pasión o la deja mortalmente en coma vegetativo. Cierto que la rutina diaria mata muchas cosas, pero si existe amor entre las partes y uno se esfuerza... -lo siento, pero sí: requiere cierto esfuerzo-, consigue que siga palpitando y que nos proporcione momentos gustosos de pasión palpitante, aunque cuando se levanten al día siguiente sea para ir a un curro tedioso y llevar a los peques al cole.
    Doy fe de ello.
    Me encanta este fragmento, me encanta, Javier. Besos miles

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  3. ¡Qué gustazo de relato!
    ¡Qué gustazo de amigo!

    Por cierto, creo que Ángel te ha comentado lo de mi "narrativa" ando coqueteando con la prosa, a nivel usuario. ¡Jajajjajaa! A ver lo duro que eres ...
    Encontré un relato tuyo, mío y de Anne de los primeros que escribíamos en Megagrupo y a partir de ahí fuimos amigos.
    Creo que definitivamente tú tienes la "culpa" de que haya vuelto a escribir líneas largas...
    Un abrazote.

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  4. Efectivamente, Anita, de lo único de lo que se han de sentir culpables los protagonistas del relato, es de seguir deseándose a pesar de estar casados.

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  5. Lola, ese esfuerzo al que te refieres —con tanto acierto como siempre— es necesario para todas las cosas de esta vida, hasta de las que nos resultan más placenteras.

    Tú sabes, ya que escribir es tu pasión, que esa actividad que te procura tanto placer, también te proporciona muchos quebraderos de cabeza e infinidad de sinsabores; tus novelas, o tu blog, no se escriben solos ni por arte de birlibirloque, sino que requieren tal tesón, tal tenacidad, que muchas veces no estarás dispuesta a asumir y cederás al desánimo. ¿Quién dice que las cosas agradables no requieren un esfuerzo, mayor o menor, por nuestra parte? Si no, que se lo digan al que le gusta hacer deporte, o el bricolaje, o la física cuántica: TODO requiere esfuerzo. Y si ese esfuerzo va dirigido a mantener la pasión en la pareja vale su peso en oro.

    A ti te encanta el fragmento, y a mí tu comentario.

    Beso.

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  6. Anuska, gracias por tu entusiamo, que siempre me pone las pilas.

    En cuanto a lo de tu vertiente narrativa, sabes que siempre te he insistido para que perseveres, que eres muy buena, lo que ocurre es que "te puede" la poesía :))) En Megagrupo me fijé ipso facto en ti porque saltaba a la vista que estabas muy por encima de la media. Cuando me pase por tu blog —sine die, que este año estoy muy liado y no tengo tiempo de nada— ya te comentaré, aunque estoy seguro de que me va a gustar lo que encuentre allí.

    Beso.

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  7. Pues a mí en su día este pequeño micro relato me pareció una joya y ahora al releerlo creo que me gusta todavía más, éste y el de Don carnal, que bien distintos son, son de mis favoritos.
    Otra cosa. El relato al que hace referecia Ana de megagrupo no lo conocía o no lo recordaba y me pareció de diez, haceis muy buena pareja.

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  8. Ángel, Don Carnal también es de mis favoritos. Recuerdo la temporada que nos dio por enviar relatos a la radio y que, aunque no nos comimos nunca un "torrao", estábamos de lo más creativo. Habremos de volver a "picarnos" ¿te parece? Por otra parte, con la novela a medias y la vida real bastante ocupada, no puedo permitirme escribir más que microrrelatos.

    El relato de Megagrupo lo escribimos Ana y yo, junto con Anne Hónimo Ominona, una chica con la que también empecé una buena amistad —y que comparte nuestra pasión por escribir—, pero de la que ya no he vuelto a saber desde hace tiempo. También me gusta mucho como quedó ese relato; de hecho, voy a subir al blog mi fragmento, con un enlace a Megagrupo (si me aclaro a hacerlo), para quien quiera leerlo completo.

    Un abrazo.

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  9. Sr. Valls . Yo sí me siento algo culpable por no visitar su este tan ameno blog.
    Prometo mayor asiduidad ¡¡

    Casados, o no viva el amor ¡¡

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  10. Nada de culpabilidades, Poma, sabes que siempre eres bienvenida. Además, el blog ha estado de vacaciones durante el verano, así que tampoco te has perdido muchas entradas. De todos modos, si vienes más por aquí, disfrutaremos todos de tus siempre escuetos pero certeros comentarios.

    Beso.

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