viernes, 15 de octubre de 2010

Cita



Me he pasado la mañana pensando para poner una coma y la he borrado a la hora de comer.

JOSEPH CONRAD

© de la ilustración Dan Strange (fuente flickr ), publicado bajo una licencia Creative Commons

8 comentarios:

  1. ¡Como la vida misma! Cuando la puñetera inspiración abandona, pues abandona y no se hable más. Yo me encuentro ahora así. Mi nuevo escrito va lento y me pienso mucho cada cosa que pongo... no fluye, no va, aunque no borro nada. No sé si Conrad se preguntó algún día lo que me pregunto yo, que no es otra cosa que ¿para qué narices escribo? Pregunta harto desoladora y que, ya por sí misma, espanta a cualquier musa que quiera acercarse a mí. Besos miles, Javier de mis entretelas.
    P.S. ¿Estamos conectados? ¿Me ves por un agujerillo? ¿Me lees el pensamiento?

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  2. No es que te vea, Lola —ya me gustaría a mí tenerte más cerca y que pudiéramos tener estas conversaciones frente a frente—; es que yo creo que todos padecemos del mismo mal (todos los que somos honestos en cuanto a lo que escribimos, claro). En mi caso, llega a ser una obsesión lo de dejar perfectas las frases o los párrafos, y eso me ralentiza muchísimo a la hora de que "cunda" la escritura. Normalmente, y hablo por mí, aunque tengo épocas más productivas que otras, no dependo de la musa de turno, sino del estado de ánimo en que me encuentre en ese momento. Hay veces en que, si no estoy frente al ordenador, me paso el día tomando notas; en cambio, otras, estoy sentado frente a la pantalla y deshago más que hago, y lo que en su momento me pareció buenísimo, lo encuentro hoy mediocre. Supongo que no soy un caso aislado y que eso les pasará a más personas, aunque —y volvemos al tema de siempre— hay algunos a los que se la trae al pairo lo que salga y cómo salga.

    En fin, amiga, espero que te reconcilies con las musas.

    Beso.

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  3. Vaya mañana aciaga la del señor Conrad.
    Pues yo ultimamente voy cogiendo onda y voy produciendo algo más, de todos modos Javier, creo que me has contagiado el afan de perfeccionar hasta el límite, me pienso demasiado las cosas para al final acabar borrando.
    Y es precisamente en estas épocas de musa favorables, cuando me impongo un ritmo de trabajo que me resta tiempo de otras cosas cuando me pregunto, como Lola, para qué me molesto en escribir, para que mi maravillos y costosa obra llegue a 500, tal vez 600 personas. Cada vez hay más ocasiones en las que me levanto y me voy a disfrutar de otras actividades porque decido que no merece la pena.
    Lola ten cuidado, Javier ultimamente está muy conectado, adivina cosas, piensa igual que otros, tiene un sexto o septimo sentido.

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  4. Pues aquí estoy, sacando brillo a mi bola de cristal... jejejeee... (Anda, que aquí iba a estar yo si tuviera dotes adivinatorias... ¿Por qué será que todos estos que dicen ser adivinos, sólo llegan a malvivir de su "don"?)

    Sé lo que quieres decir, Ángel, pero he de matizar una cosa, y es que, para mí, escribir no es ninguna molestia, sino todo lo contrario, aunque estoy seguro de que lo has expresado así de una forma meramente coloquial. Supongo que si yo estuviera trabajando bajo la presión a la que se ven sometidos muchos autores, debido a los plazos estipulados por contrato que han de cumplir —plazos en ocasiones tan nefastos que dan como fruto obras mediocres de grandes autores—, no me regalaría tanto los sentidos disfrutando de la escritura como lo hago, pero, como no sé si voy a publicar alguna vez mi obra o no, pues no tengo ninguna prisa. O sea, que sí, que sí que merece la pena perfeccionar, me lean o no. Distinto es el tema del blog, porque ¿para qué voy a publicarlo si no tengo lectores? Pero lo que se escribe en la intimidad, en la soledad del escritor, eso no tiene precio, ni parangón con ninguna otra actividad que se me ocurriera realizar.

    Un abrazo.

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  5. Los puntos..... son de lo mas socorrido.
    :)

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  6. jajajajaaa... Poma, ¡Imagínate que a cada duda que tuviéramos hubiéramos de poner puntos suspensivos! ¡Parecería que el texto estaba escrito en Braille!

    Gracias por esa sonrisa de lunes.

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  7. A vosotros os pasa con las comas, a mí con el pincel, pinto- despinto, y vuelta a empezar!! en un sentido me relaja no ser la única!! ya sabéis: Mal de muchos... uy! perdón por los puntos!! jajaja...

    Elen.

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  8. Elena, eso es la eterna búsqueda de la perfección, aunque no la encontremos, pero aprendemos mucho por el camino. Cuando creamos que no tenemos nada que corregir, nada que modificar, nuestra obra, probablemente, carecerá de vida, de frescura; parecerá más una demostración de algo que una obra de arte. La imperfección es algo connatural al ser humano y al arte: muchos grandes artistas, de cualquier disciplina, han sido muy críticos con su propia obra, debido a que nunca acababan de estar contentos con lo que hacían, luego está muy bien dudar sobre si poner una coma o no, ya que esa duda es parte del proceso creativo.

    Beso.

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