martes, 28 de junio de 2011

Un beso anónimo



Y en medio de la calle invernal y temprana, fría y azul, dos amantes se besan con arrebato, con urgencia no disimulada, no se sabe si en una desesperada despedida o en un reencuentro apasionado, sólos los dos aun rodeados de gente. Y el abrazo que no cesa, y el beso goloso y ávido que se renueva antes de acabar...

El abajo firmante los observa con simpatía, con placer anticipado imaginando el momento de escribirlo, sabiendo que ese beso anónimo va a ser un beso compartido por todos aquellos que lean este texto que lo inmortaliza.

© texto JAVIER VALLS BORJA
mayo 2010

 © fotografía Tauron32 (fuente flickr), publicada bajo una licencia Creative Commons

15 comentarios:

  1. Y lo bien que saben esos besos, robados a todos. Valls, me hago vieja, cada vez más me gustan estas cosas.

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  2. Quería decir que me gustan más estas cosas. El Sr. Aleman empieza a visitarme antes de hora. :)

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  3. El mundo es un pañuelo, Noire: resulta que yo también he empezado a estrechar lazos con herr Alzheimer... Ya verás como acabamos formando pandilla :)

    Y ese beso existió realmente, y lo robé yo a esa pareja para ponerlo en palabras.

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  4. La urgencia y avidez por el "grafos", la señal, la huella, la necesidad de dejar constancia de lo que vemos/sentimos/pensamos..¿para?: recordar, hacer nuestro lo captado desde nuestro cerebro y a su vez dejar recuerdo nuestro en ese mismo externo de nuestra mente , como tú haces mediante este texto.
    Ha sido imposible que no asimile este texto como lo mismo que se piensa/siente a la hora de fotografiar.
    Si a todo esto añadimos la multiplicación por mil que posibilita este medio sobre todo ese proceso psicológico social, más la suma de las posibilidades de compartir (es decir, hacer aún más extensible, extensa, nuestra huella en lo externo más en otras mentes) ya tenemos punto de partida para tesis doctoral de mil volúmenes sobre lo que está sucediendo en nuestras mentes por esta época.
    A veces pienso que o bien el cerebro se multiplica hasta hacer estallar el cráneo con tanta información recibida o dentro de 50 años el hombre sapiens sapiens habrá cambiado de nomenclatura para su especie.
    Y desde luego, ese club de amigos del señor alemán me tiene ya también fichada. Por cierto, ¿tendrá algo que ver todas estas posibilidades sobre la huella para que cada vez seamos más los que nos sentimos entre sus amistades? Se me viene algo que creo ya te dejé escrito hace poco aquí, algo que leí en un libro de los que estuve corrigiendo: las culturas orales, esas que no usan el registro, la escritura, se caracterizan por un esfuerzo, un gasto de energía mental añadido en el hecho de recordar (por ejemplo, narración al pie de la letra de leyendas, canciones, etc). las otras, como la nuestra, cuentan con ese excedente de energía para poder dedicarlo" a "pensar", seguir adelante en el rastreo del pensamiento, en definitiva, continuar deduciendo.
    Definitivamente, se nos hará el cerebro más "grande", :), pero "olvidaremos" más.
    Un beso y buenos días, bien temprano por la noche tan calentita que hemos tenido por Sevilla, :)

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  5. Buenos días, Sofía. Te contesto esta noche, que hoy ejerzo de padre Rodríguez con niño en su primer día de playa, y tu (magnífico) comentario no merece una respuesta hecha a la ligera.

    Beso.

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  6. Y yo que intento olvidar cada vez con mayor fuerza, que haya menos rastros. Los mínimos recuerdos,ataduras. Entreno memoria de pez. Para que las cosas me sepan a nuevas y dañen menos. Presente dilatado con leves girones de memoria dejados a pedazos entre las espinas, al cruzar los marjales, los setos, las llanuras que se van prodigando como las calvas en la ropa ya demasiado usada. Un fuerte abrazo para todos los contertulios

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  7. Sr. Valls , sigue robando besos, lágrimas , momentos.... y hazlos inmortales.Me son necesarios, (amiga intima,ya, del Alemán)
    :)

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  8. Contestándole a Nicolás: curioso que nombres al pez, en mí hay dos conceptos de "memoria", uno que se refiere a la "normal o natural, la cotidiana, la común para entendernos, ésa que tú nombras como ataduras, y otra, la ancestral, que yo asemejo al concepto de libertad. De ésta es de la que yo hablo y a la que yo "incito", y el fin último de ella es precisamente ese, que el hombre recuerde cuando fue pez, y hasta "ameba" ...y que recuerde por qué lo ha olvidado, para ver si así "aprende" de nuevo a ser libre.
    Por distinguirla la llamo memoria vertical.
    Y en se sentido creo que todos somos hasta padres del amigo alemán...
    Abrazos.

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  9. Sofía, me entusiasma el símil que propones de la fotografía porque es exactamente la forma en que ocurrió en ese caso concreto y ojalá fuera así en todos los casos, cada vez que veo algo que me llama poderosamente la atención y que me gustaría literaturizar. Lo normal es que en esos momentos piense "he de escribir algo sobre eso" o "he de meter esto en algún escrito", pero en aquella ocasión, en la cual iba yo en bicicleta a una marcha considerable y la visión de ese beso no fue más allá de unos pocos segundos, quedó inmediatamente escrito en mi mente con la velocidad de obturación al máximo; tanto es así que, cuando llegué a casa, nu tuve que hacer más que transcribirlo al ordenador. No significa esto que la fotografía sea más espontánea que la literatura, no siempre, al menos, pues tú sabes que hay veces que preparar una foto conlleva un trabajo y un esfuerzo considerables, pero en muchas ocasiones es el nanosegundo preciso en el que pulsas el disparador el que hace buena una foto —también es cierto que hay que deshechar muchos disparos antes de dar uno por bueno— y eso es lo que ocurrió con esta imagen que describo en el relato. En realidad, no fue nada más que estar en el momento justo en el lugar oportuno.

    Y hablando de símiles, se me viene a la cabeza que las personas que conforman las culturas orales sólo disponen de disco duro y que nosotros, como ya disponemos de muchos modos de almacenar información totalmente ajenos a nuestra propia memoria, lo que hacemos es trabajar con los procesadores al máximo. Claro, a veces nos quedamos colgados :)

    Y nada más, espero que esta noche sea más fresca en esa Sevilla a quien le has tocado en suerte.

    Beso.

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  10. ¡Ay, Poma, si fuera tan fácil! Normalmente, tras cada una de las líneas que podéis leer salidas de mi puño y letra —vale, bien, teclado...—, por sencillas que parezcan, o que lo sean, hay un trabajo importante; siempre he confesado que escribir algo medianamente digno me cuesta horrores, pero lo seguiré intentando, no lo dudes.

    En cuanto al alemán, no quiero hacer chanza con algo tan serio como es el mal de Alzheimer, ni que nadie se sienta molesto con ello, pero es cierto que cada vez somos más y más despistados, más olvidadizos, que tenemos menos capacidad de concentración y más dificultad para resolver tareas aparentemente sencillas. No sé si es cosa de la edad, de la forma de vida que llevamos, de un exceso de información que somos incapaces de procesar o de un seguir la táctica del avestruz... no lo sé, pero la pandilla aumenta que da gusto, así que ¡bienvenida! :)))

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  11. No, no y no, amigo Nicolás; sin memoria, sin recuerdos, no somos, es como si nunca hubiéramos sido, lo cual no le quita un ápice de belleza a tu comentario, belleza a la cual nos tienes acostumbrados a los lectores de tu blog, que somos unos cuantos de por aquí.

    Un abrazo.

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  12. Decía yo ayer que no sé si me gusta más el texto o la tertulia posterior. Me identifico con el comentario de Nicolas, qué bonito dejar la mente en blanco para volver a disfrutar sensaciones olvidadas. Qué grande Sofía, recordar lo olvidado saber por qué se olvidó y acceder a la libertad. Y grande tú Javier, si no recordamos no somos, qué verdad tan enorme si no recordamos no somos y si no somos recordados no hemos sido, por eso tengo lleno mi almario de recuerdos y uso cuando puedo mi sofá de recordar recuerdos, mientras haya alguien que recuerde a los que se fueron serán y habrán sdio.
    Un diez al texto ya los tertulianos.

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  13. Completamente de acuerdo con el diez a los tertulianos, Ángel, lo mejor de este blog, que os da igual un beso, que un tomate, que una cita de Borges o de Cela. Quiero decir con esto que con muy pocos elementos somos capaces los que nos encontramos aquí de armar unos belenes considerables, siempre con mucha enjundia y con algún que otro toque divertido. ¡Ea, que estoy orgulloso de vosotros!

    Gracias, como siempre, amigo, por tu visita y por tus palabras, que sé que es la segunda vez que las escribes por esas cosas del Internet.

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  14. El beso... la única forma admitida de hacer el amor en público.
    Sigue robando, Javier. Estos pequeños hurtos son los que nos enriquecen y los que nos dibujan tu esencia palabra a palabra y lo que leo... me gusta.
    Besos miles

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  15. Robaré, robaré para vosotros, Lola, cual Robin Hood ladrón de imágenes para regalarlas en palabras a los amigos, que me devolvéis la dádiva con creces.

    Gracias, Amiga.

    Beso.

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