lunes, 18 de marzo de 2013

La plegaria




Dime que sí, dí que lo entiendes, dime que lo harás. No fue fácil para ti pedírmelo, lo sé, ni para mí lo fue el hecho de asumirlo; mucho menos, realizarlo, pero lo hice. Llevabas años muriendo sin morir, y pusiste en mis manos la responsabilidad de liberarte. No fue un acto criminal, sino de amor; yo sólo fui el instrumento, la cuchilla de afeitar de quien tiene la capacidad de cortarse las venas. Te quería, te quiero, e hice lo que me pediste, sin calibrar las consecuencias que pudieran derivar de tal acto. Pero han llegado, finalmente. No hablo del cautiverio, ni de remordimientos, sino de soledad. Ahora necesito que lo hagas tú por mí, no por salir de la cárcel, porque afuera nada tiene sentido, sino porque te echo de menos. Dime que me quieres, dime que sí, por favor, dí que lo entiendes, dime que lo harás.

©texto JAVIER VALLS BORJA
marzo 2013
©fotografía Alvaro Nistal (fuente Flickr), publicada bajo una licencia Creative Commons

2 comentarios:

  1. Mi ignorancia es tan enorme, que al leerlo he interpretado varias circunstancias. No me atrevo a comentarlas, ya sabes... miedo al ridículo más absoluto detrás de una pantalla de ordenador por la cual nadie te vé.
    De todas las maneras, en todas mis variables obtenidas de tu texto, es increíble el final.

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    1. Querida Elena, no hay lugar para el ridículo en este blog, y menos tratándose de ti. Los textos solamente son del autor mientras permanecen inéditos; a partir de su publicación, cada lector los hace suyos a su manera, sin tener que dar explicaciones por ello.

      Gracias por venir, una vez más.

      Beso.

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