viernes, 13 de enero de 2023

Annus horribilis

 



¡Aquel fue un año tan raro! ¡Tanto! Un año de cuatro dígitos en el que todos sus meses —¡doce!— empezaban en día uno. Hubo días de sol, de lluvia, de nieve, hizo frío, calor, viento... 

Eso, por no hablar de terremotos, de volcanes en erupción que destruían todo a su alrededor, de tsunamis, aludes de nieve, grandes inundaciones o calentamiento global. 

Un año terrible, en serio.

Pasaban los días y en el mundo se sucedían los atentados, los golpes de estado, los ataques terroristas, guerras, epidemias, asesinatos, accidentes, secuestros, tiroteos en institutos norteamericanos, corrupción política, auge de la ultraderecha, miedo.

La homofobia estuvo a la orden del día, también la violencia de género; las manifestaciones racistas fueron desmesuradas, las mujeres seguían luchando por conseguir sus derechos y los ricos eran cada vez más ricos y los pobres más pobres, aunque algunos no tenían ya nada que perder, porque nada tenían.

Había hambre en el mundo, enfermedades, violencia, grandes injusticias... ¡Vaya año! ¿Te imaginas un panorama más dantesco?

Como digo, fue un año muy extraño; tanto como todos los demás.

© JAVIER VALLS BORJA

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