Y tanto, que sí. La tierra virgen está oculta, tan dentro de nosotros, que parece invisible. Pero cuando pones un pie en ella, a veces por casualidad, te llevas por delante toda clase de matojos.
No necesariamente, puedes ir desbrozando el camino, haciendo senda. Si sabes hacia dónde te diriges, mucho mejor, pero la aventura tampoco está nada mal. ¡Hay que atreverse!
Y tanto, que sí. La tierra virgen está oculta, tan dentro de nosotros, que parece invisible. Pero cuando pones un pie en ella, a veces por casualidad, te llevas por delante toda clase de matojos.
ResponderEliminarNo necesariamente, puedes ir desbrozando el camino, haciendo senda. Si sabes hacia dónde te diriges, mucho mejor, pero la aventura tampoco está nada mal. ¡Hay que atreverse!
ResponderEliminar