Regalo vestido de novia, a estrenar, talla 38, precioso, a quien le rompa las piernas a mi exnovio. Añado zapatos de raso del 39 y cristalería de Bohemia, si además le corta los huevos.
©texto JAVIER VALLS BORJA
©fotografía Irekia (fuente flickr), publicada bajo una licencia Creative Commons
¡¡¡Me encanta!!! Pues por una cristalería de Bohemia... se hace lo que sea!!
ResponderEliminarPues nada, nada... ¡A cortar por lo sano!
ResponderEliminarQué poco futuro tienen los huevos y las piernas del muchacho.
ResponderEliminarAún así, habría gente que lo haría solo por el placer de hacerlo.
ResponderEliminarPues yo porque no me gustan los regalos ofrecidos ero por una editorial competente MA-TO y busco al niñop ese para arreglarle los eggs.
ResponderEliminarEditorial MA-TO (¡TO-MA!) :)))
ResponderEliminarTú por una editorial competente... Yo, por una editorial.
Amor que se trasforma en odio por siempre jamás...!
ResponderEliminarEso sí, si la moza o mozo... que nunca se sabe, tiene talla 38 y zapatos del 39... ¡¡¡jolín!!! no creo que haya muchos que lo puedan aprovechar, por lo menos juntos, zapatos y traje.
Besos miles
Pues Lola, yo uso la 38 y calzo el 39 (bueno, ahora el 40, desde que cambiaron las tallas a las europeas), aunque con un vestido de novia, por bonito que sea, como que no me acabo de ver, ni siquiera en carnavales. Yo es que soy más de sport elegante que de etiqueta :)))
ResponderEliminarPor lo demás, el amor se suele transformar en odio irracional cuando lo que se ve afectado es el amor propio, el orgullo, la propia imagen ante los demás... En otros casos se convierte en tristeza, en desengaño, en desamor... pero no en odio.
Beso.